Mira, no sé tú, pero…
Si hay algo que arruina una buena serie o película o cualquier cosa en la vida, es un spoiler. Esa persona que no se aguanta y te suelta la bomba cuando menos te lo esperas. Como cuando te están contando un chiste buenísimo, pero justo antes del final te dicen: Ah, por
cierto, la respuesta es el mayordomo! Toma spoiler, gracias.
Es como estar a punto de darle el primer bocado a la mejor tarta de queso de tu vida, con la cuchara en la mano, salivando… y que alguien te diga: Por cierto, ya me la comí yo ayer, está tremenda, tiene un aire a la de mi abuela. ¿Cómo?, perdona?! A ti si que te faltó aire al nacer!
LA VIDA NECESITA SORPRESAS
A ver, si ya sabes cómo acaba la cosa, ¿dónde está la emoción? Es como si vas a abrir un regalo de cumpleaños y, justo antes de rasgar el papel, tu amigo en un alarde de cuñadismo insólito, te dice: «Tranqui, es una bufanda de rayas». Genial! Gracias por cagarte en mi
única emoción del día.
Lo mismo pasa con las series. El placer está en no saber qué va a pasar, igual que cuando abres una caja de tartas de Suarezcake y piensas: Vale, sé que es tarta de queso, pero no tengo ni idea de lo que me espera con cada bocado. Ese es el punto: el misterio, la sorpresa. Si me cuentas el final, me estás robando la magia. Y sinceramente, es peor que encontrar una uva pasa en un postre. Nadie lo vio venir… pero arruina la experiencia.
LA REGLA DE ORO: CALLA Y DEJA QUE LA GENTE DESCUBRA
En la vida, deberíamos aprender algo fundamental: lo mejor es dejar que cada uno descubra por sí mismo. Si un amigo te pregunta por esa nueva serie o la tarta que probaste, en lugar de hacer spoiler, puedes decirle: “No te cuento nada, solo pruébalo, confía en mí”. Esa
es la verdadera experiencia.
Porque, de verdad, hacer spoilers es como adelantar el final de una buena cita: «La película va genial, pero me cuentas que al final el chico NO se queda con la chica y, claro, la magia se va volando… como el WiFi en casa de tus padres.» Lo mismo con las tartas: «La tarta es genial, pero tiene un centro que te dejará flipando». No me jodas, tío! Déjame disfrutar mi momento, ¿no?
SPOILERS Y TARTAS: AMBAS NECESITAN SILENCIO
Mira, si no sabes guardar un secreto, por lo menos guarda silencio cuando la gente esté disfrutando de una buena serie o de un cheesecake. Porque, a ver, ¿qué es peor? ¿Que te cuenten el final de Juego de Tronos o que alguien te arruine lo mejor de tu postre? Ambos son
crímenes, ¿vale?
Así que, si te entran ganas de hacer spoiler, respira, cuenta hasta diez… y cómete una porción de tarta de queso. Te lo digo en serio, es la mejor forma de evitar destruir vidas. Y si alguien te spoilea algo, bueno, cuanta hasta diez, respira y recompénsate con dos porciones.
CONCLUSIÓN:
¿Sabes lo que aprendí? Que las mejores cosas de la vida no necesitan explicación ni adelantos. Las mejores sorpresas no se cuentan, se viven. Igual que una buena tarta de queso, la emoción está en descubrir cada bocado sin saber lo que viene después.
Así que, la próxima vez que estés a punto de hacer spoiler, recuerda: lo que vale la pena, no se spoilea, se saborea.
Pero oye, no me hagas mucho caso. Yo simplemente hago tartas de queso.